25 mar 2011

Inauguración de "Las Arenas". De plaza de toros a centro comercial


Este jueves he asistido invitado, a la inauguración del nuevo centro comercial “Las Arenas”. Para entender el resultado final de tan controvertido proyecto, nos hemos de retrotraer inexcusablemente al pasado. Si disponéis de tiempo os hago un breve resumen para entrar en caliente sobre la cuestión.
  • La plaza de toros original, que da pie al actual centro comercial, se situaba al final de L’Eixample, enlazando con el barrio de Sants, siendo su emplazamiento un enclave que marca el final de la ciudad diseñada por Ildefons Cerdà y el principio de un municipio agregado a Barcelona en 1897.
  • Se inaugura en junio de 1900 con un proyecto arquitectónico de promoción privada, no exento de polémica. El proyecto de August Font dotó a la plaza taurina de una imagen neomudéjar, muy extendida a nivel nacional, y contraria al Modernismo catalán. Una arquitectura singular, con elementos constructivos ajenos al lugar, para celebrar la fiesta taurina o mejor dicho la fiesta nacional en Cataluña, con "ñ".
  • La plaza, como tantas otras, fue utilizada para hacer todo tipo de actividades cívicas y lúdicas. Combates de boxeo, fiestas populares, partidos de baloncesto, espectáculos circenses e incluso la actuación en 1968 de Rudolf Nureyev y el ballet del Royal Ballet of London.
  • Con el tiempo, se intentó reutilizar la plaza para vincularla al Teatre LLiure. Más tarde intervino la Fira de Barcelona, gestora de los pabellones feriales de Montjuic, para intentar agregarla a su conjunto. Esta empresa, que estaba participada por la Cámara de Comercio e Industria de Barcelona, el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Catalunya, se encontró con un escollo a la hora de comprarla. La Fira de Barcelona estaba formada por dos administraciones públicas, y además controladas por partidos políticos de signo contrario.
  • La Fira planteó un concurso arquitectónico para determinar el nuevo pabellón ferial, y no se mencionaba la necesidad de conservar la plaza de toros en alguna de sus partes. Así mismo se precisaba que este edificio pudiera albergar las competiciones de boxeo de los Juegos Olímpicos de 1992.
  • Hasta la fecha, la plaza nunca fue incluida en el Catálogo de Patrimonio Histórico Artístico de Barcelona. Revisión tras revisión siempre hubo problemas para su inclusión. Por cuestiones ideológicas, ya que el toreo era sinónimo de nacionalismo español, por cuestiones culturales, puesto que la arquitectura era ajena a la tradición catalana, por cuestiones de propiedad, ya que la plaza era de titularidad privada susceptible de ser negocio, por todo ello se impedía sistemáticamente su protección.
  • Finalmente el Ayuntamiento aceptó su inclusión en el catálogo histórico arquitectónico de la ciudad, con una categoría menor, que obligaba a la conservación parcial de su estructura, es decir, la fachada. Instituciones culturales como la Real Academia Catalana de Bellas Artes de Sant Jordi, o taurinas como l’Associació de defensa de les tradicions taurines de Catalunya (ADITAC) instaron a su total preservación. El catedrático D. Joan Bassegoda i Nonell, presentaba un informe que propugnaba su conservación. La ADITAC recurrió al Tribunal de Justicia de Cataluña para paralizar el derribo de la plaza.
  • Por otra parte, la Fira de Barcelona necesitaba recabar fondos para su construcción. La mayor aportación debía de venir de la Generalitat de Catalunya (que no tenía voto en el accionariado) y fue la excusa para pedir mayor presencia en el consejo directivo. A partir de entonces es el Ayuntamiento el que recela de su derribo.
  • En Julio de 1991, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya insta a la Generalitat a tramitar la declaración de monumento. Esa declaración, deslegitimada por el Ayuntamiento de Barcelona, le obligaba a replantearse cualquier posible proyecto. Por otra parte tiene que hacer frente al pago de la expropiación. Todo ello hace que el Ayuntamiento inste a la reversión de la propiedad, la cual no es aceptada por los afectados. Dos sentencias judiciales consideraron al Ayuntamiento el propietario y le obligaban a pagar una substanciosa cantidad. Conservar la plaza de toros salió carísimo al erario municipal.
  • En octubre de 1999 se anuncia la compra por parte de Nueva Plaza de Toros de Barcelona S.L (que en el pasado tuvo la gestión de la plaza) al Ayuntamiento, para “compensar” el débito de la expropiación.


El resultado final del actual recinto es la consecuencia de un cúmulo de despropósitos. La fachada que se mantiene es  el legado de disputas entre administraciones, tribunales, asociaciones y promotores. Es dificil de justificar, que un elemento arquitectónico declarado monumento, la fachada, pueda reconvertirse en un simple antifaz sostenido, de un complejo que nada tiene que ver con el pasado, supeditado al negocio puro y duro.

Valoro la calidad espacial del interior del edificio, obra de Richard Rogers y los arquitectos Alonso & Balaguer, con todo el esfuerzo técnico que supone. Mantener la fachada de la antigua plaza no sólo dependía de ellos, y el proceso de levitación (desde el punto de vista técnico) me parece todo un desafío superado con creces. Con todo respeto, el resultado formal exterior me parece poco acertado. La fachada original marcaba un recorrido perimetral para dar acceso al graderio. En el pasado, los arcos proyectaban sus sombras hacia el interior, de modo que la fachada adquiría profundidad. Actualmente queda la piel y se inunda este espacio de conductos e instalaciones de climatización y ventilación que asoman a través de los arcos de herradura. Mantienes la estética aparente, pero le quitas la función y la profundidad, y por lo tanto, su sentido y su "belleza".

Sobre los exteriores del edificio, la secuencia de escaleras, pirulí, accesos a parking y sobre todo el edificio posterior anexo me parecen excesivos. Constriñen el espacio y lo dotan de obstáculos que impiden la fluidez visual y de tránsito.


En el interior, el espacio está dominado por un gran vacio rodeado por una sucesión de tiendas apiñadas, en  doble disposición círcular. De la intervervención es interesante reseñar el imponente espacio bajo la cúpula de estructura de madera laminada.



Se podía haber restaurado el edificio original por completo, manteniendo la configuración, para fomentar actividades culturales y lúdicas multitudinarias. Parece que no era negocio para el promotor privado. Llegado al caso, asumiendo que es un edificio completamente nuevo, hubiera sido más sensato demoler el edificio original por completo, aprovechando un colapso inesperado de la estructura, en un domingo de invierno sin transeúntes en la zona.

El Parlament de Catalunya prohibió hace unos meses las corridas de toros a partir del 2012. Es cierto que el proyecto del actual centro comercial se presentó en el 2002 y se empezó a ejecutar hace siete años, pero mantener la fachada en estas condiciones me recuerda a la maquiavélica acción del emperador Tito, que dejó en pie el Muro de las Lamentaciones, último vestigio del Templo de Jerusalen, para que los judíos tuvieran el amargo recuerdo de que Roma había vencido a Judea.

De ahora en adelante, los amantes del arte taurino podrán llorar frente a la fachada, recordando aquellas tardes soleadas de pases en el albero, para regodeo de más de uno. Llorarán sin poder introducir sus papelitos con plegarias entre los resquicios de la obra vista, sencillamente porque la fachada levita y los ladrillos ni se tocan. Está protegida contra intrusiones.

Del discurso del alcalde y del presidente de Metrovacesa me quedo con tres pinceladas:

La fachada, de la cual dicen ha sido respetada por su valor arquitectónico (por su arte neomudéjar) decir que ha sido considerada primeramente, por su condición de "bien de interés cultural con la categoría de monumento" por la Comisión Territorial de Patrimoni de la Generalitat de Catalunya. Ante todo respetar la fachada es una condición ineludible, luego un mérito. (Ver La Vanguardia de 24 de Agosto de 1993).

El presidente de la promotora habla de un 25% sólo de superficie comercial. No me lo creo. Me da que ha descontado los espacios públicos y de circulación y porque no decir, la parte posterior del edificio de oficinas.


El alcalde hace un guiño, recordando a los comerciantes de la zona, concretamente a la "Associació de Comerciants del carrer de Creu Coberta". Soy hijo y nieto de comerciante del carrer de Creu Coberta y jamás se ha potenciado  por parte de la administración el valor comercial de esta calle. Prueba de ello es la retahíla de locales en traspaso y persianas cerradas a la vista. Gracias por el detalle y por la palmadita en la espalda.


Adolfo Zulueta Vallejo
Arquitecto


La documentación histórica corresponde al profesor Martin Checa-Artasu

Dr. en Geografía Humana Univ. de Barcelona. Profesor titular del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana- Unidad Iztapalapa. Ha sido profesor investigador del Centro de estudios en Geografía Humana de El Colegio de Michoacán, AC

1 comentario:

  1. Vaya, qué sorpresa! Tanto la entrada como el blog, en general. Te felicito. Qué buena documentación sobre la historia de la plaza. Había oído que estaban a punto de inaugurarla, a ver si un día me acerco a ver cómo ha quedado. Ahora hace falta ver si va a hacer más daño que bien (o viceversa) a la calle Creu Coberta ... por lo que me cuenta mi tío, que regenta la tienda Galera, la polémica está servida, porque hay opiniones para todos los gustos ...

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