Bebé araña



Bebé araña

Toy Story es la película de la factoría Disney en la que los juguetes son los protagonistas. Los juguetes de un niño llamado Andy, concentrados en una habitación, adquieren vida cuando ėste no está presente. Son juguetes perfectos, recién estrenados, más propios de la estantería de una juguetería que de la habitación de un niño.

En la casa vecina, otro niño de la misma edad que Andy, es la antítesis de éste y reúne en su habitación un conjunto de extraños seres mutantes creados por él, a partir del ensamblaje de diferentes piezas obtenidas de varios juguetes. Son aberraciones, creaciones imperfectas que resultan grotescas en una primera impresión. Dos piernas sueltas de una Barbie unidas a la pluma de una grúa, la cabeza de un bebé unida a las patas de una araña…  A diferencia de los juguetes de Andy, estos extraños seres despiertan ternura porque están llenas de dolor, de sufrimiento, en el reconocimiento de su propia condición de monstruos.

Dar vida a un deshecho es transmitir energía a aquello que parece muerto para conseguir resucitarlo. Resucitar jugando. Elementos inertes, partes olvidadas en un desván o en un container son ensambladas milagrosamente por alguien que ha sido capaz  de ver en ellas el sufrimiento con ternura. Reconozco que es un don, una capacidad innata, un sueño realizado sólo al alcance de un niño travieso, inquieto, despierto, lleno de amor por todo aquello que le rodea aunque parezca muerto.

Dedicado a Eduard Gil. Arquitecto, niño travieso, creador de fuentes a partir de percheros, creador de cambiadores de niños a partir de aparadores de Donnuts…

FELIZ DÍA DE REYES